A los 23 años se convirtió en operador bursátil. Ahora Cashin es jefe de los operadores de la firma UBS y cumple medio siglo en el centro más competitivo del sector financiero.
Quienes hayan visto la película "El Lobo de Wall Street", habrán notado un sinfín de fiestas, momentos estresantes y polémicos. Pero lejos del personaje protagonizado por Leonardo Di Caprio, Jordan Belfort acusado en 1998 de fraude y lavado de dinero - existe un corredor de Bolsa que festeja 73 años de jornada bursátil y se corona así como uno de los “históricos de Wall Street”.
Serio, con traje gris, camisa Oxford y corbata moteada, llegó a la Bolsa a los 18 años, pero sólo se convirtió en agente bursátil a los 23 años, uno de los más jóvenes de entonces. Comenzó a trabajar allí, sin pasar por la universidad, tras acabar el bachillerato en una escuela de jesuitas de Nueva York, poco después de que falleciera su padre. Tenía 23 años y era el broker más joven de Wall Street.
Era una época en la que, según recuerda, sólo había uno o dos brokers menores de 45 años, y era un mercado que no vivía sus mejores momentos, al final de la guerra de Corea.
En sus comienzos estuvo a punto de desertar y dedicarse a la música con un cuarteto que integraba. Fracasó porque la cadena ABC, que le iba contratar, optó por otro candidato que parecía tener más talento: Ray Charles. Sin embargo, de vez en cuando, y especialmente en Navidades, Arthur Cashin resucita su afición y se pone a cantar en el parqué.
Antes de llegar a la firma UBS pasó por distintas compañías. Su boletín diario lo siguen cerca de 100,000 personas, con las lecciones que ha acumulado en medio siglo como agente bursátil, y con algún signo de su buen humor.
Hace medio siglo, cuando Arthur Cashin comenzó a trabajar en el parqué neoyorquino, el selectivo S&P 500, el indicador favorito de muchos operadores, cerró con 58,11 puntos. Hoy está por encima de los 2.000.
Cuando le preguntaron cómo hacía para mantenerse activo por tanto tiempo y sobrevivir en un mundo tan estresante, dijo que se debe contar con “ciertos fluidos que te preservan”.
“Yo marino los míos con algunos cubos de hielo regularmente”, dijo, poco antes de que la cadena CNBC le regalara una licorera, que, prometió, la llenará “inmediatamente”.
