Para llegar al consumidor es importante detectar las necesidades de los potenciales clientes para poder resolverlas y ofrecer algo de calidad. Conozca esta tendencia.
¿Imaginaste que algún día al entrar a un centro comercial percibirías un olor a pan, o que al ir a una sucursal bancaria el aroma del café predominara en el lugar? En la actualidad estas son realidades que se han empezado a ver con más frecuencia en todo el mundo y son elementos que impulsan o modifican los hábitos de consumo.
Ahora las marcas también conocen cómo funciona el cerebro y buscan, por lo tanto, crear estímulos que harán que respondas de determinada forma ante sus productos. Es una estrategia exitosa en el mundo de los negocios llamada neuromarketing. Y es una tendencia que favorecerá la innovación financiera.
Evalúan las respuestas ante los mensajes que les proponen para encontrar las conductas más efectivas y más acercadas. A veces, las respuestas a los estudios de neuromarketing acaban echando por tierra los mitos más arraigados. Algunos estudios sobre fumadores, por ejemplo, señalan que en realidad los mensajes disuasorios de las cajas de cigarrillos no tenían efecto positivo porque más que meter miedo activaban la zona asociada al placer de lo peligroso.
El neuromarketing se usa, por ejemplo, en el mundo del eCommerce, donde ha servido para estudiar cuál es el diseño de la tienda que mejora la respuesta del consumidor y elimina las barreras de entrada. Por lo que implementarlo es una buena inversión.
Y, curiosamente, los estudios de neurociencia sobre cómo responde el cerebro humano a las compras online ha señalado que las recomendaciones despiertan cierto sentimiento de temor porque hacen creer que se terminará gastando más de lo esperado. Pero para llegar al consumidor no es suficiente con saber qué quiere su cerebro o el modo en el que este responderá a un elemento cualquiera.
Bob Deutsch, neurocientífico y presidente de Brain Sells, advierte en su blog que el producto que se intenta vender tiene que satisfacer las necesidades de los consumidores.
"Todo lo demás es basura", señala.
Porque, en realidad, no vale con saber qué emociones despiertan las cosas, también hay que estudiar el contexto. El experto recuerda que, efectivamente, se pueden medir las ondas cerebrales de cualquier cosa o ante cualquier estímulo, pero que leer esas mediciones no es algo que pueda hacer cualquiera o que se pueda hacer de cualquier modo.
Fuente: Blog Bob Deutsch
Los clientes juegan un rol protagónico en el desarrollo de productos, descúbrelo en: "Cómo capitalizar la co-creación con clientes"