La construcción de un portafolio que apunte a altos rendimientos es un arte que requiere no solo habilidad y conocimiento, sino también un enfoque estratégico avanzado, y para aquellos inversionistas con un perfil agresivo, es decir, que están dispuestos a asumir riesgos en busca de retornos superiores, la combinación de acciones y activos alternativos es una estrategia óptima.
Las acciones han sido, durante décadas, la piedra angular de cualquier portafolio con ambición de crecimiento, pues su naturaleza volátil, que a menudo es vista como un riesgo, también representa una oportunidad única para obtener rendimientos elevados. La volatilidad del mercado de valores puede ser aprovechada para generar ganancias significativas, especialmente si el inversionista está dispuesto a tolerar fluctuaciones en el corto plazo a cambio de beneficios a largo plazo.
Sin embargo, no todas las acciones ofrecen el mismo potencial de crecimiento. Por lo general, los inversionistas agresivos tienden a enfocarse en empresas con altos índices de crecimiento o en sectores emergentes, como la tecnología, las energías renovables o la biotecnología, donde las posibilidades de un retorno significativo son más altas.
En este sentido, es importante realizar un análisis exhaustivo para identificar aquellas compañías que no solo tienen un alto potencial de crecimiento, sino que también cuentan con fundamentos sólidos.
Para maximizar los beneficios de la inversión en acciones, debes diversificar dentro del mercado accionario, es decir, no solo diversificar entre sectores, sino también entre regiones y capitalizaciones de mercado. Por ejemplo, invertir en una combinación de acciones de gran capitalización, que suelen ofrecer estabilidad, y de pequeña capitalización, que a menudo presentan oportunidades de crecimiento más pronunciadas, puede ser una estrategia efectiva.
Además, la diversificación geográfica permite a los inversionistas mitigar el riesgo asociado a eventos específicos de una región. Por ejemplo, mientras los mercados desarrollados como Estados Unidos y Europa tienden a ofrecer estabilidad, los mercados emergentes pueden proporcionar oportunidades de crecimiento más agresivas, aunque también con mayores riesgos asociados.
Los activos alternativos, en particular las notas estructuradas, han ganado popularidad en los últimos años como una herramienta clave para complementar un portafolio de acciones, y esto se debe a que son instrumentos financieros derivados que combinan características de bonos y opciones, diseñados para ofrecer rendimientos ajustados al riesgo, incluso en condiciones de mercado adversas.
Estas notas estructuradas pueden estar vinculadas a una variedad de subyacentes, como índices bursátiles, tasas de interés, tipos de cambio, o incluso, commodities.
Para un inversionista con perfil agresivo, las notas estructuradas ofrecen una oportunidad única de obtener rendimientos elevados, al mismo tiempo que proporcionan un nivel de protección frente a caídas significativas en el mercado. Esto se debe a que muchas de estas notas están diseñadas con un componente de capital protegido, que asegura que el inversionista no perderá más allá de un cierto porcentaje de su inversión inicial, independientemente de las condiciones del mercado.
La inclusión de activos alternativos como las notas estructuradas en un portafolio, permite a los inversionistas acceder a estrategias de inversión que no están disponibles a través de activos tradicionales, además de proporcionar rendimientos en situaciones donde los mercados de acciones y bonos tradicionales no están ofreciendo oportunidades atractivas.
Un aspecto relevante es que los activos alternativos tienden a tener una menor correlación con las clases de activos tradicionales, lo que significa que su desempeño no está necesariamente vinculado a los movimientos de los mercados de acciones o bonos. Esta baja correlación es valiosa en periodos de volatilidad o incertidumbre, ya que puede ayudar a estabilizar el portafolio y a reducir el riesgo general.
Una de las estrategias más efectivas para maximizar los rendimientos de un portafolio agresivo es combinar inversiones en acciones con activos alternativos. Mientras que las acciones proporcionan el potencial de crecimiento y beneficios a través de la revalorización del capital y dividendos, los activos alternativos ofrecen un colchón de seguridad, estabilizando el portafolio y ofreciendo rendimientos adicionales a través de estructuras complejas pero controladas.
Esta combinación permite a los inversionistas capturar las ventajas de ambos mundos: el crecimiento explosivo de las acciones y la estabilidad relativa de las notas estructuradas. Al asignar una parte del portafolio a cada uno de estos activos, se puede crear una sinergia que no solo maximiza el rendimiento potencial, sino que también reduce el riesgo asociado a depender exclusivamente de una sola clase de activo.
En Monex sabemos que el entorno financiero global es dinámico y cambia constantemente. Por ello, la adaptabilidad se convierte en un factor crucial para cualquier estrategia de inversión exitosa.
Contar con el asesoramiento de los expertos financieros de Monex puede ser un diferenciador clave en la construcción de un portafolio sólido y rentable.