Las ganancias corporativas, las tasas de interés, la inflación y otros indicadores que cambian a medida que las economías se expanden y contraen, pueden afectar el desempeño de los sectores del mercado de valores.
Para los inversionistas que quieren administrar sus carteras de acciones, comprender cómo se han desempeñado históricamente esos sectores en varios puntos del ciclo económico ayuda a identificar oportunidades.
La comprensión del ciclo permite a los inversionistas evaluar y ajustar la exposición de su sector, a medida que aumenta la probabilidad de un cambio de una fase del ciclo a la siguiente.
Comprender las fases del ciclo económico
Cada ciclo económico es diferente, pero ciertos patrones tienden a repetirse con el tiempo. Los cambios en el ciclo reflejan cambios en las ganancias corporativas, disponibilidad de crédito, inventarios de bienes, empleo y política monetaria.
Si bien los eventos macroeconómicos, políticos o ambientales imprevistos a veces pueden alterar una tendencia, estos indicadores clave han proporcionado históricamente una guía confiable para reconocer las fases del ciclo. Sin embargo, ten en cuenta que el tiempo que ha durado cada fase ha variado mucho.
Actualmente, muchas economías se encuentran en una recesión en la que las respuestas de las políticas gubernamentales a la pandemia de COVID-19 han jugado un papel importante en términos de impacto en la actividad económica y apoyo a los mercados financieros.
Los ciclos económicos
- Expansión: Existe una fuerte recuperación después de un periodo de tiempo en contracción, ya que los indicadores económicos como el Producto Interno Bruto y la producción industrial pasan de negativos a positivos y el crecimiento se acelera. Más crédito y una política monetaria relajada contribuyen al rápido crecimiento de las ganancias. Los inventarios comerciales son bajos y las ventas crecen significativamente.
- Auge: Normalmente, la fase más larga con un crecimiento moderado. La actividad económica cobra impulso, el crecimiento del crédito es fuerte y la rentabilidad es saludable a medida que la política monetaria se vuelve cada vez más neutral.
- Desaceleración: el crecimiento sigue siendo positivo pero está desacelerándose. Las crecientes presiones inflacionarias y un mercado laboral ajustado pueden reducir las ganancias y llevar a una política monetaria más estricta.
- Recesión: la actividad económica se contrae, las ganancias disminuyen y el crédito es escaso para las empresas y los consumidores. La política monetaria se flexibiliza y los inventarios caen gradualmente a pesar de las bajas ventas, lo que prepara el escenario para la recuperación.
Analiza el entorno
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