El término nearshoring ha captado la atención como una estrategia clave para empresas que buscan diversificar sus cadenas de suministro y reducir dependencias de regiones como Asia. Sin embargo, recientes acontecimientos económicos y políticos han puesto en duda la capacidad de México para capitalizar completamente este fenómeno.
Según Janneth Quiroz, Directora de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil en Grupo Financiero Monex, "las tensiones geopolíticas y las medidas proteccionistas pueden generar un impacto significativo en la dinámica de las inversiones internacionales hacia nuestro país".
Factores globales que amenazan el nearshoring
La incertidumbre económica global, impulsada por conflictos geopolíticos como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ha reconfigurado los flujos de comercio y las decisiones de inversión. Aunque México ha sido identificado como un ganador relativo en esta disputa, con un crecimiento constante en sus exportaciones hacia Estados Unidos, este panorama podría cambiar.
Como explicó Quiroz, "la amenaza de mayores aranceles, especialmente bajo una nueva administración de Donald Trump, podría ralentizar las exportaciones mexicanas e incrementar los costos para los inversionistas".
La propuesta de Trump de imponer aranceles de hasta el 25% en sectores clave como el automotriz y productos electrónicos no solo pone en jaque el nearshoring, sino que también representa una barrera para el crecimiento económico de México.
"Esto generaría un escenario de volatilidad elevada en el tipo de cambio y podría causar una contracción en las inversiones extranjeras", señaló Quiroz.
El impacto en las finanzas públicas y la inflación
Además de las tensiones comerciales, México enfrenta desafíos internos que afectan su atractivo como destino para el nearshoring. Las políticas fiscales expansivas, combinadas con una creciente deuda pública, han generado preocupaciones entre las agencias calificadoras.
Según Quiroz, "la rigidez del gasto público está limitando la capacidad del gobierno para adaptarse a un entorno económico más complejo". Esto, sumado a presiones inflacionarias, podría erosionar aún más la confianza de los inversionistas.
En este contexto, los aranceles retaliatorios, similares a los implementados en 2018, podrían ampliar los problemas inflacionarios. "Aunque estas medidas buscan proteger sectores estratégicos, también incrementan los costos para los consumidores, afectando la competitividad del país", advirtió Quiroz.
El reto del nearshoring en un entorno de incertidumbre
A pesar de estos desafíos, México mantiene ventajas estructurales significativas, como su cercanía geográfica con Estados Unidos, un marco legal fortalecido por el T-MEC, y un sector manufacturero robusto. Sin embargo, para aprovechar estas ventajas, el país necesita adoptar una estrategia proactiva.
"Es crucial que México implemente una hoja de ruta clara para mitigar los riesgos y garantizar que las tensiones comerciales no obstaculicen su posición como líder en el nearshoring", enfatizó Quiroz.
Además, sectores como los semiconductores y la manufactura de alta tecnología podrían desempeñar un papel crucial en esta estrategia. Inversiones recientes en infraestructura, como las plantas de Foxconn en Guadalajara, destacan oportunidades que México no puede permitirse ignorar.
Nearshoring, una oportunidad transformadora
El nearshoring representa una oportunidad transformadora para México, pero las amenazas externas e internas podrían frenar su potencial. Las tensiones comerciales, la incertidumbre fiscal y los retos inflacionarios demandan una respuesta coordinada del gobierno y el sector privado.
Como señaló Janneth Quiroz, "México tiene las herramientas para superar estos obstáculos, pero es esencial actuar con rapidez y decisión para mantener su posición estratégica en el comercio internacional".