Gracias a los fondos ESG y los bonos verdes los inversionistas destinan su capital a proyectos que preservan el medio ambiente y son resilientes al cambio climático.
"La humanidad sigue consumiendo más recursos naturales de los que el planeta puede proporcionar y muchos de los ecosistemas están llegando a un punto de inflexión crítico; sin duda es hora de cambiar y apostar por el desarrollo sostenible” - Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon.
El término ESG viene de Environmental, Social and Governance. El medio ambiente, lo social y la gobernanza son las tres categorías o áreas de interés de los "inversores socialmente responsables". Significa prestar atención al medio ambiente, pero también a los derechos humanos y al cumplimiento de determinadas normas laborales, y a la ética profesional.
Por tanto, el medio ambiente es una parte, pero no el todo. ESG cubre el cumplimiento de cuestiones sociales como las prácticas laborales de una empresa, la gestión del talento, el producto y la seguridad de los datos.
Abarca también cuestiones de gobernanza como la diversidad de los consejos de administración, la remuneración de los ejecutivos y la ética empresarial.
Es posible encontrar varios fondos de inversión en el mercado, pero muchos no tienen necesariamente un propósito más allá de elegir activos y productos que puedan generar resultados para sus accionistas.
Los fondos ESG son diferentes. Aunque su objetivo es obtener beneficios para los inversores, su cartera se compone con base en la estrategia de invertir en proyectos sostenibles.
Durante mucho tiempo, las empresas se beneficiaron sin dar la debida importancia al medio ambiente y a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, en los últimos años, las empresas han empezado a evaluar sus operaciones con más cuidado y a apoyar proyectos sostenibles.
Los fondos ESG se están convirtiendo en una alternativa cada vez más popular para los inversores individuales e institucionales.
La sustentabilidad es una combinación de problemas ecológicos, sociales y económicos; y por lo mismo, los bonos verdes o green bonds están creciendo en todo el mundo.
Sean Kidney, CEO de Climate Bonds Initiative, dice al respecto:
"El mercado de bonos verdes ha sido todo un éxito, una gran forma de financiamiento climático y lo seguirá siendo. Hay un gran apetito por estas inversiones y necesitamos animar a los emisores y a los gobiernos para incrementar oportunidades de inversión".
Los países europeos llevan la delantera en temas de responsabilidad social, ya que en España se han emitido más de 2 millones de euros (34,926 millones de pesos) en bonos sustentables.
La London School of Economics, en un estudio, habla sobre el proceso que ha llevado a Copenhague a transformarse en el líder de la economía verde a nivel mundial. Sin duda la reducción de emisiones y la apuesta por políticas medioambientales no sólo son buenas para el planeta, sino que se han transformado en un negocio estupendo para el país nórdico.
El objetivo de la ciudad danesa es convertirse para 2025 en la primera capital del mundo neutral en cuanto a emisiones de carbono. Están convencidos de conseguirlo, pues desde 1990 han reducido las emisiones 40% y desde 1980 el PIB de Dinamarca ha subido 80%, pero el consumo energético se ha mantenido al mismo nivel.
Ramón Pueyo, director del área de Governance Risk and Compliance de KPMG España da su opinión sobre los bonos verdes:
“la compra de estos activos genera la posibilidad de canalizar recursos de modo que se pueda ganar dinero, pero resolviendo problemas medioambientales”.
El Banco Mundial (BM) hizo una emisión de bonos verdes, el mayor en dólares estadounidenses a la fecha, que refleja el crecimiento y la innovación de un mercado, que no afecta negativamente al clima, y que que quiere llegar a un grupo cada vez mayor de inversionistas que buscan oportunidades para invertir en iniciativas que tengan un impacto positivo.
Fuente: Banco De México, London School Of Economics, Ramón Pueyo, Director De Governance Risk And Compliance De KPMG, Sean Kidney CEO De Climate Bonds
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