Si estás listo para invertir tus ahorros, antes tienes que saber quién eres cuando de portafolios de inversión se trata. Estos cuatro factores te lo dirán.
A veces no tenemos claro si somos personas matutinas o nocturnas, si preferimos el soccer o el fútbol americano, si nos gustan más las papas a la francesa o las curli o, de plano, si somos más una persona de vino tinto o preferimos cerrar el día con un whisky o hasta una cerveza. Delinear con toda claridad tu perfil no es sencillo. No lo es cuando se trata de temas tan superficiales como elegir qué comer hoy. Entonces, como te podrás imaginar, es aún más complejo cuando tienes que definir cuál es tu perfil y estrategias de inversión.
Para definir quién eres y qué necesitas cuando se trata de invertir tu patrimonio, sólo necesitas tener claro cuatro elementos clave y que son críticos para construir tu portafolio de inversión: horizonte, rentabilidad, liquidez y riesgo. ¿Quieres saber de qué se trata cada uno?
- Horizonte de inversión.
Representa el tiempo durante el cual quieres invertir tus ahorros o patrimonio.
Corto plazo: menos de un año
Mediano plazo: 1 a 10 años
Largo plazo: más de 10 años
Si lo que quieres es ahorrar para un viaje al extranjero que quieres hacer en un año, entonces tu horizonte de inversión es de corto plazo. Ahorrar para dar el enganche de una casa dentro de cinco años es un ejemplo de inversión a mediano plazo, mientras que invertir para retirarte pronto de la vida laboral suele ser una inversión con un horizonte de largo plazo.
- Rentabilidad.
Para calcular el rendimiento más adecuado para ti tienes que decidir si quieres poner tu dinero a trabajar y que produzca o prefieres dejarlo ‘dormido’, con tranquilidad, sólo sin perder su valor en el tiempo. Si quieres que trabaje para ti y no necesitas los ingresos en el corto o mediano plazo, puedes considerar inversiones que no garantizan el rendimiento de un año a otro, como las acciones.
- Liquidez.
En este caso necesitas saber qué tan rápido necesitas convertir tu inversión en efectivo. Una inversión de alta liquidez significa que puedes obtener tu dinero en cualquier momento. En una inversión de baja liquidez, puede tomar tiempo encontrar un comprador y completar el proceso de venta. Y, algunas otras inversiones pueden ser ‘ilíquidas’, es decir, no podrás obtener tus recursos hasta cierta fecha o evento en específico.
- Riesgo.
Casi por definición todos decimos que odiamos el riesgo, pero el riesgo y la rentabilidad de un portafolio de inversión es el acto de equilibrio del inversionista clásico. Pensamos que es tan sencillo como que a mayor riesgo, mayores serán los retornos que podríamos recibir. Sin embargo, la diversificación es la vara que sostiene el equilibrista para no perder el piso. Cuando construyes un portafolio bien diversificando anulas o compensas los riegos individuales inherentes a ciertos activos.
Como podrás ver, construir tu portafolio de inversión patrimonial comienza por conocerte financieramente y saber qué es lo que quieres. Toma estos cuatro elementos clave para definir tu perfil de inversión, platícalo con tu asesor y deja que tu dinero trabaje para ti y para tus objetivos.
Y, cuando estés listo para iniciar un portafolio de inversión diversificado con alternativas más sofisticadas, puedes acercarte a los expertos de Banca Privada de Grupo Financiero Monex. Ellos saben cómo hacer que tu dinero trabaje para ti.