Para cualquier inversionista en mercados financieros, gestionar la incertidumbre es la clave de su éxito. Las empresas y los inversionistas privados buscan constantemente herramientas para protegerse de la volatilidad del mercado y optimizar sus estrategias. Una de las herramientas más comunes para este fin son los swaps.
Si alguna vez te has preguntado qué son, cómo funcionan y por qué son tan importantes, esta guía definitiva resolverá todas tus dudas.
¿Qué es un swap?
Un swap (del inglés "intercambiar") es un contrato de derivado financiero mediante el cual dos partes acuerdan intercambiar flujos de caja o instrumentos financieros durante un período de tiempo preestablecido. En términos sencillos, es un pacto para intercambiar pagos futuros, cuyas cantidades se calcularán en base a variables como tasas de interés o tipos de cambio.
Una característica fundamental es que la gran mayoría de los swaps son contratos Over-the-Counter (OTC) o extrabursátiles. Esto significa que no se negocian en bolsas públicas, sino que se diseñan "a la medida" de las necesidades específicas de las dos partes involucradas, lo que les otorga una enorme flexibilidad.
¿Para que sirve un swap?
Las funciones de los swap, principalmente, son para cubrir el riesgo que puede enfrentar un inversionista sobre algún activo como el tipo de cambio o reducir el riesgo de liquidez. Aunque también se puede utilizar para especular sobre los movimientos del mercado y obtener un valor agregado en su portafolio.
- Cobertura de riesgos (Hedging): Es su función más importante. Permiten a una empresa o inversionista protegerse contra movimientos adversos del mercado. Por ejemplo, una compañía con una deuda a tasa de interés variable puede usar un swap para convertirla en una tasa fija, eliminando así la incertidumbre de futuras alzas.
- Especulación: Los inversionistas también pueden utilizar swaps para apostar sobre la dirección futura de las tasas de interés, divisas o precios de materias primas, buscando obtener una ganancia si sus predicciones son correctas.
- Reducción de costos de financiamiento: A veces, una empresa puede conseguir un préstamo a un tipo de interés más favorable en un mercado (por ejemplo, a tasa variable), aunque realmente prefiera el otro (tasa fija). A través de un swap, puede "intercambiar" esas condiciones con otra parte que se encuentre en la situación opuesta, permitiendo que ambas se beneficien de mejores condiciones de financiamiento.
Swaps de tasas de interés
Aquí es donde dos partes acuerdan intercambiar pagos de intereses periódicos, es decir, es un medio de intercambiar flujos de efectivo futuros. Los involucrados lo utilizan para intercambiar pagos de tasas de interés entre sí, lo cual es beneficioso para ambas partes porque, dado que A espera recibir un pago con una tasa de interés variable, B querrá limitar los riesgos futuros al recibir un pago de tasa fija.
Cada parte, por lo tanto, espera beneficiarse (una situación en la que todos ganan).
Los swaps de tasas de interés se han convertido en una parte integral del mercado de renta fija. Estos contratos de derivados intercambian pagos de interés de tasa fija por pagos de interés de tasa flotante, por lo que son una herramienta esencial para los inversores que los utilizan en un esfuerzo por cubrir, especular y gestionar el riesgo.
Estos instrumentos ayudan a las empresas a administrar sus pasivos de deuda a tasa flotante permitiéndoles pagar tasas fijas y recibir pagos a tasa flotante. De esta manera, pueden asegurarse de pagar la tasa fija vigente y recibir pagos que igualen su deuda a tasa flotante.
Sin embargo, debido a que los swaps reflejan las expectativas del mercado para las tasas de interés en el futuro, los swaps también se han convertido en una herramienta atractiva para otros participantes del mercado de renta fija, incluyendo especuladores, inversionistas e instituciones financieras.
Ejemplo: Imagina una empresa A que tiene un crédito a tasa variable (por ejemplo, TIIE 28 + 1%) y teme que las tasas suban. La empresa B tiene un crédito a tasa fija, pero cree que las tasas bajarán y quiere beneficiarse de ello. A través de un swap, la Empresa A puede acordar pagarle a B una tasa fija a cambio de que B le pague su tasa variable. Así, A logra estabilidad en sus pagos y B tiene la oportunidad de ganar si las tasas variables caen por debajo de la fija que recibe.
Swap de tipo de cambio
En este tipo de swap, las partes intercambian tanto el principal como la tasa de pago de intereses en una moneda. Es un proceso mediante el cual la compra y venta de divisas se realizan simultáneamente con el fin de convertir el principal de la deuda de la divisa de los prestamistas a la divisa de los deudores. El canje del principal se realiza a las tasas de mercado.
¿Cómo funciona el swap de divisas?
Al comienzo del contrato, las dos partes intercambian cantidades específicas de dos monedas y luego las reembolsan de acuerdo con una estructura previamente acordada. Aunque se consideran derivados, los swaps de divisas no se utilizan para la especulación; más bien se utilizan para fijar un tipo de cambio fijo o protegerse contra fluctuaciones.
Las tasas de interés pagaderas son altamente personalizables. Es decir, pueden ser fijos, variables o incluso ambos.
Beneficios
Los swaps de divisas siempre han sido muy convenientes en las finanzas. Permiten la redenominación de préstamos u otros pagos de una moneda a otra. Esto conlleva varias ventajas tanto para particulares como para empresas.
Además, existe la flexibilidad para cubrir el riesgo asociado con otras monedas, así como el beneficio de bloquear tipos de cambio fijos durante un período de tiempo más largo. Para las empresas, los swaps de divisas ofrecen la oportunidad única de recaudar fondos en una moneda en particular y ahorrar en otra.
El riesgo de realizar operaciones de swap de divisas es mínimo y, además, los swaps de divisas son muy líquidos y las partes pueden llegar a un acuerdo en cualquier momento durante la vigencia de una transacción. La terminación anticipada de un acuerdo de intercambio de divisas también es posible mediante la negociación entre las partes involucradas.
Ejemplo: Una empresa mexicana que necesita dólares para un proyecto en Estados Unidos puede encontrar más barato pedir un préstamo en pesos y luego usar un swap con una empresa estadounidense (que a su vez necesita pesos) para intercambiar los flujos de pago.
Otros tipos de swaps
Los swaps pueden diseñarse sobre casi cualquier activo o índice medible, como los siguientes:
Swaps de materias primas o commodity swaps: es una transacción pactada para el intercambio de dinero basada en un precio de una materia prima, por ejemplo, el oro. Con el swap se compensa la diferencia que puede existir entre el precio del mercado y el precio establecido en el contrato.
Ejemplo: Una aerolínea, cuyo principal costo es el combustible, puede usar un swap para fijar el precio que pagará por el petróleo durante el próximo año. Esto le da certeza en sus costos operativos, sin importar si el precio del crudo se dispara en los mercados internacionales.
Swaps de índices bursátiles: en este caso estos tipos de derivados se pueden intercambiar el rendimiento o las ganancias del mercado de dinero con el rendimiento del mercado bursátil (como el S&P/BMV IPC de México).
Un inversionista puede usarlo para obtener exposición al mercado de acciones sin necesidad de comprar los títulos directamente.
¿Cómo funciona un swap?
Para ver un swap en acción imaginemos un escenario real con dos actores del mercado financiero mexicano, donde la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE 28) del Banco de México es la protagonista.
Por un lado, tenemos a la empresa "Constructora del Valle". Acaban de asegurar un crédito de $10 millones de pesos para un nuevo desarrollo inmobiliario. El banco les ofreció una tasa de interés variable de TIIE 28 más un 2%. Esto es genial mientras las tasas estén bajas, pero a su director financiero le quita el sueño la posibilidad de que la TIIE suba y los pagos mensuales se disparen, descuadrando todo el presupuesto del proyecto. Lo que más anhela es estabilidad y certidumbre.
Por otro lado, está un "Fondo de Inversión", donde sus analistas tienen una visión opuesta, pues creen que la economía se enfriará y que el Banco de México se verá forzado a bajar las tasas de interés en los próximos meses. El fondo quiere encontrar una manera de aprovechar esa posible caída y obtener una rentabilidad.
Aquí es donde sus necesidades, aunque opuestas, encajan a la perfección.
Ambos deciden celebrar un contrato de swap de tasa de interés por 3 años, basado en el monto de la deuda de la constructora ($10 millones). No intercambian el capital, solo los intereses.
El acuerdo es simple:
Constructora del Valle se compromete a pagarle al Fondo una tasa fija y predecible del 8% durante los tres años. A cambio, el Fondo de Inversión se compromete a pagarle a la Constructora el monto correspondiente a la tasa variable TIIE 28.
¿Qué sucede en la práctica? Cada mes el Fondo de Inversión le transfiere a la Constructora el dinero exacto para cubrir la parte variable (la TIIE 28) de su pago al banco. A su vez, la Constructora le paga al Fondo el monto fijo acordado del 8%.
El resultado es positivo para ambos, pues la Constructora del Valle ha transformado su deuda incierta en un gasto fijo. Ahora sabe que, pase lo que pase con la TIIE, su costo financiero efectivo será del 10% (el 8% que le paga al fondo más el 2% de diferencial que siempre le paga a su banco). Ha comprado tranquilidad y puede planificar sus finanzas sin sorpresas.
Mientras tanto, el Fondo de Inversión ha materializado su estrategia. Recibe un flujo constante del 8% y paga la TIIE 28 variable. Si sus analistas acertaron y la TIIE 28 cae, por ejemplo, al 6%, el fondo estará ganando la diferencia del 2% en cada periodo. Ha convertido su visión del mercado en una oportunidad de ganancia.
Así es como un swap, un simple acuerdo para intercambiar pagos, resuelve dos problemas distintos y crea valor para ambas partes.
Usa estos instrumentos inteligentemente
Los derivados son simplemente herramientas que utilizan a diario miles de empresas, bancos e inversionistas para lograr diversos objetivos. Cuando se usan con prudencia y con la experiencia de instituciones financieras sólidas, son extremadamente útiles para generar valor en los portafolios de inversión.
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