En los mercados financieros, para valorar una empresa, se utiliza el término capitalización de mercado, que es el valor, a precio de mercado, de todos los valores representativos de una empresa. Esto es igual al número de acciones en circulación multiplicado por el precio de la acción.
Las empresas de pequeña capitalización (cuya capitalización es menor a 1,000 millones de dólares) están atrayendo cada vez más la atención de los inversores que ahora están más familiarizados con las características de este mercado y las especificidades de las pequeñas empresas.
La idea de dar sentido a la inversión también puede explicar este interés por las small caps, porque suelen ser un reflejo más fiel de la actividad de un país o una zona económica que las grandes multinacionales.
Los inversores buscan principalmente rendimientos y ganancias estables. Las grandes capitalizaciones han estado en el mercado durante muchos años y han demostrado su capacidad para superar tiempos económicos difíciles con diversos grados de facilidad.
Al ser muy populares entre los inversores, generalmente no tienen problemas de liquidez, lo que permite encontrar rápidamente compradores y vendedores, sea cual sea el precio de sus valores.
Sin embargo, incluso las empresas más grandes y exitosas a veces luchan por mantener el crecimiento. Esta es una de las razones por las que, cuando se trata de invertir, el tamaño no siempre es sinónimo de éxito.
Por sus características, las empresas de pequeña capitalización pueden presentar un perfil de crecimiento atípico y sólido que debería llevar a considerarlas como una inversión de cartera interesante.
Generalmente, las empresas de pequeña capitalización ofrecen a los inversores más espacio para crecer, pero también presentan mayor riesgo y volatilidad que las empresas de gran capitalización.