La evolución de los escenarios económicos y geopolíticos siempre ha influido en las actividades financieras e industriales. Es por esto que cada vez que una empresa realiza transacciones con contrapartes extranjeras o inversionistas quieren poner su dinero en mercados fuera de sus fronteras, también deben tener en cuenta el riesgo país.
Esta categoría incluye todos aquellos elementos relevantes para quienes hacen negocios con socios extranjeros. La importancia de monitorear el riesgo país se ha vuelto cada vez más importante también a la luz de algunos eventos recientes, como desestabilizaciones políticas o guerras.
El riesgo país puede definirse como el riesgo de insolvencia de los operadores, públicos y privados, vinculado al área geográfica de origen e independiente de su voluntad. Es también el riesgo ligado al origen de un instrumento financiero específico y dependiente de variables políticas, económicas y sociales.
El riesgo país se puede dividir en los siguientes elementos que afectan el rendimiento esperado de una inversión:
Esta relación es bastante sencilla y puede resumirse de la siguiente manera: cuanto mayor sea el riesgo país, mayor será la tasa de interés que un gobierno deberá pagar por sus bonos emitidos y mayor rendimiento de los activos en dicho país.
La consecuencia del aumento del indicador es la menor atracción de inversiones extranjeras al mercado financiero nacional, lo que conlleva un menor crecimiento económico. Esto también puede provocar un aumento del desempleo y una disminución de los salarios de la población, lo que obliga al gobierno a emitir más bonos públicos y a endeudarse.