El fenómeno del nearshoring, que implica el traslado de operaciones de manufactura y servicios a países cercanos como México, está generando grandes oportunidades de inversión en diversos sectores de la bolsa mexicana. Aunque se trata de un proceso a largo plazo, ya se están viendo los primeros beneficios en desarrolladoras de bienes raíces industriales, entre otros segmentos.
Uno de los sectores que más se ha beneficiado en una primera etapa por el nearshoring es el de las desarrolladoras de bienes raíces industriales. Esto se refleja en altas tasas de ocupación que superan el 95 por ciento en algunas ciudades, lo que significa que por cada 100 metros cuadrados de espacio industrial disponible, solo 5 metros cuadrados están libres para nuevos inquilinos.
La razón es que estas desarrolladoras están invirtiendo en espacios que cubren los requerimientos técnicos y de conectividad que necesitan las empresas extranjeras para sus operaciones de manufactura. Por ello, diversas FIBRAS, aunque no sean 100 por ciento industriales, están enfocando inversiones en este segmento.
La inversión en bienes raíces industriales es el primer paso de un proceso que, si se maneja adecuadamente, puede generar un círculo económico virtuoso.
Por ejemplo, cuando una gran empresa tiene planes de instalarse en México, primero necesitará un espacio industrial con características específicas. Luego, hará fuertes inversiones en activos para su línea de producción y requerirá proveedores especializados, generando empleos y exportaciones.
Al pensar en la magnitud de construir y operar una gran planta, es decir, la enorme inversión en maquinaria, los proveedores de servicios y productos, y los miles de empleados necesarios, todo esto beneficiará enormemente a las empresas relacionadas con la construcción, logística y recursos humanos en la región.
Además, los proveedores nuevos y regulares de esas plantas tendrán incentivos para establecerse cerca, repitiendo este efecto virtuoso de crecimiento.
Con el tiempo, los beneficios del nearshoring se extenderán a otras industrias. Siguiendo el ejemplo de esta gran empresa, se demandará mano de obra especializada, parte de la cual será local o de otras regiones, necesitando servicios de vivienda, alimentos, transporte, educación y entretenimiento.
Esto representa oportunidades para desarrolladoras de vivienda, centros comerciales, productores de alimentos, restaurantes, escuelas y más. Nuevamente, se generará un círculo virtuoso en estos sectores.
Un claro ejemplo de apostar por el nearshoring es Fibra Next, un nuevo fideicomiso inmobiliario industrial que saldrá al mercado el 30 de noviembre.
Surge de la escisión de las naves industriales de Fibra Uno para aprovechar la demanda de más de 4 millones de metros cuadrados en bienes raíces industriales. Con 199 propiedades y 7.5 millones de m2 rentables, se coloca como la Fibra industrial más grande de Latinoamérica.
Su enfoque está en los mercados con mayor potencial como Ciudad Juárez, Tijuana, CDMX y el Bajío, con altas tasas de ocupación del 97.3 por ciento. Además, cuenta con reservas de tierra para ampliar 500,000 m2 su capacidad futura y mantener su liderazgo.
José Oriol Bosch, director de la BMV, comenta que el nearshoring no solo representa una oportunidad histórica para México, sino también para el mercado bursátil.
Señala que han visto numerosas colocaciones de deuda y capital para financiar esta oportunidad, además, confirma que muchas empresas que ya se benefician de este fenómeno están listadas en la BMV con acciones, FIBRAS o fideicomisos.
Cualquier empresa local o extranjera que amplíe operaciones en México requerirá financiamiento. Por ello, el nearshoring está renovando el interés de los inversionistas en la Bolsa Mexicana de Valores.
El nearshoring representa una oportunidad única para capitalizar el crecimiento económico de México en los próximos años, y como inversionista, puedes sacar ventaja de este fenómeno si sabes dónde colocar tu dinero.
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