El fondo de gestión activa se basa en el análisis del mercado financiero para que una inversión alcance su objetivo de rendimiento. La eficacia de esta técnica de gestión en comparación con la gestión pasiva sigue siendo objeto de debate. Sin embargo, se pueden demostrar algunas ventajas de la gestión activa, que se basa en las habilidades del gestor.
El fondo de gestión activa se basa en el objetivo de lograr un alto rendimiento en relación con los índices de referencia del mercado. Este modelo de gestión se basa en dos técnicas: la gestión activa tradicional con benchmark o la gestión alternativa sin benchmark.
La gestión activa tradicional tiene como objetivo batir o superar el índice de referencia del mercado. La gestión alternativa pretende alcanzar un alto nivel de rendimiento sin relacionarlo a un punto de referencia.
Un fondo de gestión activa es, por tanto, la manifestación más perfecta de la competencia en el mundo de la inversión financiera. Para convertirse en la nueva referencia de un mercado o, al menos, para lograr un buen rendimiento de la inversión, habrá que realizar una inversión financiera sobre la base de un conjunto de herramientas.
El análisis del mercado, pero también la utilización de los activos, la selección de valores, la rentabilidad y el nivel de riesgo... son algunas de las herramientas de medición para lograr una gestión activa de un fondo.
Las ventajas de los fondos de gestión activa son numerosas. Uno de los argumentos para justificar el uso de este método de gestión es su alto rendimiento. De hecho, el fondo de gestión activa exitoso beneficia de un rendimiento superior a la media, lo que lo hace especialmente atractivo para los inversores.
Este tipo de gestión también es atractivo por su gestión mucho más libre en comparación con la gestión pasiva. Esto da al gestor activo un mayor margen de acción para alcanzar sus objetivos de rendimiento. El fondo de gestión activa también es adaptable en cuanto a las acciones de gestión en función de la evolución de la situación.
Además de su rendimiento y su modo de gestión mucho más libre, el fondo de gestión activa también da la posibilidad de regular las acciones en función del rendimiento buscado en términos de inversión. Esta es la razón por la que los fondos de gestión activa son utilizados por las grandes empresas de inversión de todo tipo para rentabilizar al máximo sus inversiones.
El fondo de gestión activa funciona para aquellos inversionistas que buscan obtener una buena rentabilidad. Por lo tanto, el gestor o gerente activo tiene un papel muy importante en este modelo de gestión, ya que de él dependerá que consiga una rentabilidad atractiva o que lo haga mejor que los demás gestores.
El gestor activo tendrá que garantizar el cumplimiento de los objetivos de inversión fijados por el inversionista. Este experto habrá identificado y analizado las tendencias del mercado y las perspectivas de crecimiento, teniendo en cuenta los parámetros de rentabilidad y riesgo. En cualquier caso, el gestor activo tendrá que estar al tanto de la situación económica y adaptar sus acciones en función de la evolución de la situación.
De ahí el interés de recurrir a un verdadero experto, sobre todo en el ámbito de la inversión y las finanzas, para decidir mejor las acciones a realizar con un fondo de gestión activa. El apoyo de un profesional financiero puede ayudar a alcanzar los objetivos de rentabilidad con un fondo de gestión activa.