Al comparar diferentes tipos de estrategias de inversión a largo plazo, hay pocas que puedan igualar los rendimientos obtenidos por las inversiones bursátiles. No importa qué tipo de inversionista seas, el mercado de valores es un buen lugar para hacer crecer tu dinero.
Una inversión bursátil puede definirse como el dinero que se invierte en una empresa mediante la compra de acciones (de esa misma empresa) en el mercado de valores. Por lo general, estas acciones se negocian en una bolsa de valores.
Los inversionistas compran acciones de una empresa con la expectativa de que su valor aumente en forma de rendimientos y/o generen dividendos de capital. Si una inversión de capital aumenta de valor, el inversionista recibiría la diferencia monetaria si vendiera sus acciones.
El aspecto más importante de invertir en la bolsa es el potencial del mercado para generar ganancias. Los datos históricos sugieren que los mercados de valores siempre han pasado la prueba del tiempo, aumentan su valor durante un período de tiempo a pesar de que los precios de las acciones individuales fluctúan a diario.
Invertir en acciones de empresas que tienen un crecimiento estable o invertir en sectores que se suman al crecimiento económico del país, dará como resultado mayor valor a tu portafolio de inversión.
El propósito principal de las inversiones es asegurar el futuro, pero algunos elementos como la inflación pueden desviar tus objetivos. Si la inflación y la tasa de rendimiento de las inversiones son similares, tus ganancias se vuelven nulas, por lo que la tasa de rendimiento de las inversiones debería ser idealmente más alta que la inflación.
Otro punto importante es la liquidez. Las acciones se denominan activos líquidos porque se pueden convertir fácilmente en efectivo. No ocurre lo mismo con todos los activos, pues es difícil encontrar un comprador para algunos activos como un inmueble.
Invertir en acciones conlleva más riesgo que invertir en otros valores como los bonos. Comprender los riesgos que conllevan las inversiones te hará sentir más seguro en tus decisiones.
A continuación, presentamos los riesgos a tener en cuenta al invertir en acciones.
Los mercados de valores pueden ser volátiles y los inversionistas a menudo se enfrentan a altibajos impredecibles. Cuando el precio de una acción se mueve rápidamente y en una cantidad significativa, esa volatilidad puede tener un gran impacto en una cartera.
Invertir en una pequeña cantidad de acciones significa que si algo sale mal con una de las empresas, tu cartera general está en riesgo. La probabilidad de que una empresa individual sufra daños es mayor que la probabilidad de que todo el mercado colapse.
Por lo tanto, la diversificación ayudará a reducir los riesgos asociados con empresas individuales. Esto se puede lograr invirtiendo en empresas de diferentes tamaños en varios países, sectores e industrias.
Si no hay muchos compradores para las acciones que posees, es posible que tengas problemas para venderlas. Las acciones con un volumen de negociación bajo son más difíciles de vender y suponen un riesgo para el portafolio.
La estabilidad política y la solidez financiera de países de todo el mundo afectan los precios de las acciones. Cuestiones políticas, leyes, regulaciones financieras, la política fiscal y las guerras comerciales pueden causar volatilidad en los mercados tanto desarrollados como emergentes.
El aumento de las tasas de interés puede crear vientos en contra para las acciones de varias maneras. Por ejemplo, tasas más altas pueden significar mayores costos de endeudamiento para las empresas. Esto podría afectar su rendimiento del capital.
Debes buscar activamente invertir en los mercados de valores y diversificar tu cartera financiera porque con eso puede mantenerse por delante de la inflación. Para lograrlo debes hacerlo con especialistas.
En Grupo Financiero Monex estamos comprometidos con hacer crecer tu dinero y proteger tus inversiones en el mercado de valores.