Una de las principales ventajas de invertir en él es la liquidez que ofrece a los inversionistas a través de activos como certificados bursátiles o bonos. Además, se caracteriza por ser menos volátil que el mercado de capitales.
Es un mecanismo al que las empresas y gobiernos acuden para obtener un financiamiento mediante la emisión de bonos, por ejemplo, la deuda gubernamental y privada —títulos bancarios o corporativos— que representa una obligación para el emisor de pagar con una tasa de interés y en un tiempo determinado.
Los emisores pueden ser la administración federal, estatal o local, así como las organizaciones paraestatales o privadas que necesitan un financiamiento para cumplir con sus actividades o proyectos. Es una alternativa a la solicitud de préstamos o créditos.
Los inversores que prefieren participar en este mercado, en general, tienen un perfil conservador o moderado y buscan tiempos flexibles para tener acceso a sus recursos y cubrir sus obligaciones.
De la personalidad del inversionista, así como de su aversión al riesgo y horizonte de inversión -que no es más que el vencimiento de corto o largo plazo en el que la persona estará dispuesto a invertir-, dependerá la estrategia de inversión.
También a nivel internacional, las empresas y gobiernos de cualquier economía acuden al mercado de deuda debido a que la liquidez del mercado es un incentivo para los inversionistas a participar.
En el caso particular de México, el inversionista tiene que contactar un asesor financiero o institución para comprar los instrumentos.
Una vez hecho ese paso, para negociar los papeles existen dos tipos: el mercado primario, donde el gobierno o las compañías colocan sus valores por primera vez a través de instituciones financieras, por ejemplo, la subasta de Cetes del Banco de México.
Después está el mercado secundario. En éste, se compran y se venden los títulos entre inversionistas a precio de mercado, que depende de la oferta y demanda.
Tipos de instrumentos del mercado de deuda
De los tres tipos de instrumentos están los de deuda pública, ahí el gobierno federal es el encargado de emitir instrumentos como los Cetes, Bonos, Bonos D y los Udibonos, y el Banco de México (Banxico) funge como agente financiero en su colocación.
También están los Bonos de Protección al Ahorro (BPAS) emitidos por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) que, si bien son emitidos por el referido instituto, cuentan con una garantía de crédito de la administración federal.
Los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) son el instrumento de renta fija emitido por el gobierno, cuyo objetivo es financiar el gasto público y regular flujos monetarios.
Los Bonos de Desarrollo del Gobierno Federal (Bonos M) son valores gubernamentales a tasa flotante, esto significa que pagan intereses y revisan su tasa de interés en diversos periodos. Por otra parte, los llamados Bondes D pagan intereses en pesos cada mes (28 días o según el tiempo que sustituya a éste en caso de días inhábiles). Actualmente se subastan en tres diferentes vencimientos de 3, 5 y 7 años.
Los Udibonos —denominados en Unidades de Inversión— son instrumentos que protegen de la inflación a su tenedor o emisor. Estos se emiten y colocan de 3, 10 y 30 años y pagan intereses cada seis meses en función de una tasa de interés real fija que se determina en la fecha de emisión del título.
Y por último, los corporativos que son emitidos por compañías e instituciones financieras. Este tipo de activos implican un mayor riesgo a diferencia de los papeles gubernamentales, por ello, ofrecen mayores rendimientos. Dentro de estos se encuentran: los certificados bursátiles de corto y largo plazo.
Qué debes saber del mercado de deuda
Como cualquier cosa en el mundo bursátil y pese a que se considera como uno de lo menos volátiles, existen ciertos riesgos. Uno de ellos es el riesgo de crédito, el cual se refiere a la posibilidad de incumplimiento de pago del emisor. En los papeles gubernamentales ese riesgo es muy bajo.
Para determinar el riesgo que puede asumir el inversionista con los títulos de deuda, las firmas crediticias sirven de guía para evaluar el riesgo y la probabilidad de la empresa, banco o el gobierno, de cumplir con sus obligaciones.
De esa forma, los inversionistas saben cómo elegir dónde invertir su dinero, pues toman en cuenta la calidad de un título con la capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos con los acreedores. Las principales firmas crediticias son: HR Ratings, Fitch Ratings, Moody’s y Standard and Poors (S&P).
Con estas firmas, los inversionistas revisan la situación de las compañías y de las instituciones bancarias a través de sus estados financieros —que imprimen cada trimestre— para determinar las condiciones del título de deuda o bono de la emisora.
Los niveles de calificación que emiten cada una de las firmas están divididos por su grado de inversión y alto rendimiento. Las calificaciones pueden variar según cada firma, por ejemplo, van de la ‘AAA’ a la ‘D’ con diferentes perspectivas, ya sea estable o negativa, que define el potencial de cambios en la calificación en un mediano y largo periodo.
Antes de que decidas invertir en papeles de deuda es importante que conozcas el nivel de riesgo y función de cada uno, por ello, destinar tu tiempo en aumentar tu educación financiera es vital para acceder a cualquier operación bursátil.
No olvides que el mercado de deuda se trata de un espacio que sirve de intermediario para obtener un financiamiento a través de una emisión del título gubernamental o corporativo.
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